LOFTS SANT ANTONI
LOFTS SANT ANTONI
El proyecto consiste en la conversión de una vivienda del 1880 en dos lofts, ubicada en el distrito de Sant Antoni de Barcelona. Un nuevo escenario doméstico es creado a través de una sucesión de habitaciones que conectan la calle con el patio mediante un sistema de puertas correderas y pórticos, reinterpretando la casa tradicional japonesa.
La vivienda original estaba totalmente compartimentada con pasillos y habitaciones apenas conectadas entre sí y con el exterior. La primera intención fue abrir el espacio y recuperar el techo de revoltones cerámicos demoliendo los tabiques y falsos techos existentes, aumentando la incidencia de luz natural y promoviendo la ventilación cruzada.
Estructura y programa:
El diseño aprovecha la estructura existente del edificio, formada por una secuencia de muros de carga y vigas de madera, para crear un lenguaje simple y poético que genere un programa flexible. Todos los muros fueron modificados para lograr una repetición de una geometría ordenada que establece los límites entre las diferentes estancias. Se llevaron a cabo nuevas aperturas con refuerzos estructurales y se rellenaron los huecos que ya no eran necesarios.
Este elemento es construido de nuevo en dos ocasiones para cumplir con los requisitos funcionales de las viviendas; por lo tanto, la estructura existente define el programa mientras que el programa define la estructura modificada. Con esta intervención aparece una nueva visual de 23 metros de largo que cruza el espacio desde la calle hasta el patio; dando lugar a una sucesión de umbrales relacionados con el exterior que realzan la profundidad visual de los lofts.
Puertas correderas y límites:
Los límites entre los diferentes espacios tienen la misma proporción de superficie de pared y apertura, abriendo la posibilidad de instalar puertas correderas de castaño que cubren las paredes blancas cuando están abiertas. Este sistema genera unos límites flexibles y difusos que dan lugar a una composición dinámica donde las estancias pueden estar relacionadas, total o parcialmente, entre sí. Cuando las puertas están cerradas, cada habitación es una entidad en sí misma, mientras que cuando las puertas se abren, cada habitación es parte de una unidad.
Actuando como filtros de luz y sombra, las puertas expanden o contraen el espacio a la vez que otorgan privacidad a los usuarios. Estos elementos esbeltos dan una nueva escala al espacio, enfatizando su dimensión vertical. Otro efecto visual que da la percepción de estar en un espacio más alto es el hecho de que las aberturas tienen la misma proporción, pero mayores dimensiones, que una puerta convencional.
Sistema modular flexible:
Las necesidades de almacenamiento de los lofts son resueltas mediante una innovadora estructura de 23 metros de largo, formada por 41 escaleras de madera separadas 60 centímetros entre sí. Los peldaños de las escaleras soportan las barras de acero y los tableros de madera lacados en blanco, que estabilizan las cargas horizontales del sistema y tienen diferentes funciones dependiendo de la altura en que están colocados.
El programa de las habitaciones establece el uso de este ligero sistema modular; en las salas de estar-comedor sirve como un gran banco y una biblioteca, en las habitaciones es un armario abierto, en la lavandería integra la secadora y la lavadora, en las cocinas, los estantes proporcionan capacidad de almacenamiento, integran la nevera y actúan como barra de cocina y, finalmente, en el vestíbulo de entrada de los lofts, el armario esconde las calderas y cuadros eléctricos.
En coherencia con el concepto de estancias con programas intercambiables, la posible modificación de posición de los estantes permite satisfacer nuevas necesidades de los usuarios sin alterar el diseño inicial del sistema. De hecho, esta flexibilidad abre la posibilidad de unificar de nuevo los dos lofts en una sola vivienda.
Naturaleza, luz y tiempo:
El ritmo vertical de las escaleras a lo largo de todo el espacio proporciona un grosor a la pared perimetral al mismo tiempo que ilumina el interior. Las paredes y techos pintados de blanco, juntamente con el claro pavimento continuo de microcemento, forman el envolvente de un escenario donde luz y tiempo dibujan las sombras sutiles de los objetos. El espacio podría ser entendido como una sucesión de cajas blancas perforadas que conducen la iluminación natural, dando la sensación de vivir dentro de grandes lámparas que pueden ser encendidas o apagadas por las puertas correderas.
Las plantas colgantes, en armonía con la estructura de castaño, dan origen a una abstracción dinámica de troncos, ramas y hojas que dan vida al ambiente creado. Al mismo tiempo, la presencia de plantas mejora la calidad del aire interior y regula la humedad. La materia viva, muerta e inerte se fusionan en un nuevo entorno doméstico donde los diferentes grados de impermanencia temporal se ven reflejados.
Arquitecto: Román Izquierdo Bouldstridge
Promotor: Privado
Ubicación: Sant Antoni, Barcelona
Superficie: 109 m²
Año Proyecto: 2018
Año Construcción: 2018-2019
Fotografía: Adrià Goula